Para saber cómo amaestrar un perro, para lograr el mejor comportamiento deseable en nuestros amigos caninos, debes comprender cosas sobre él, su naturaleza, su instinto y el modo en que piensa. Aunque nos gusta verlos como niños no son humanos, tienen su propia mente, una mente que debemos entender si queremos saber cómo educarlo correctamente. Y por eso escrito este artículo, en el que espero poder enseñarte algunas de las bases del funcionamiento mental de nuestros amigos caninos.
El perro es un animal jerárquico y cazador, en su origen. Significa que necesita una manada, una familia, y que cada miembro tenga su lugar. En nuestro caso necesitamos una jerarquía muy simple: un líder (tú) y su seguidor (tu perro). En cuanto a la caza, no significa que debas llevarlo a cazar todas las semanas, sino que debes gastar la inmensa energía que tiene como animal cazador. ¿Y cómo debes hacer eso? Con ejercicio. Así es como funciona, esas son las necesidades que debes conocer para poder amaestrar a un perro.
Como ya conoces las bases más inmediatas, el ejercicio y la jerarquía, es el momento de averiguar cómo utilizar este conocimiento para amaestrar a tu perro. En primer lugar, el ejercicio es básico; si tu perro tiene demasiada energía acumulada costará mucho más que acepte tu liderazgo y tu guía, y necesitas que lo haga para enseñarle las normas y buenos comportamientos. De modo que lo más importante ahora es que tu perro se canse. Sácalo a pasear todos los días, una media hora tres veces al día, para gastar energía. Si aun así no es suficiente y muestra nerviosismo o hiperactividad, alarga los paseos o planea juegos en casa, como rastrear objetos o buscar la pelota, aunque para esto vas a necesitar enseñarle cuáles son las normas del juego, y para eso, la siguiente base: disciplina.
La disciplina es el otro gran pilar para amaestrar a un perro de la manera más correcta. Esto trata de enseñarle que tú mandas. ¿Cómo hacerlo? La mejor manera es poniendo unas normas fijas y firmes, que sean consistentes, y asegurarte de hacerlas cumplir. Es muy importante que no importe cuánto intente tu perro desobedecerte, tienes que obligarlo a hacerlo. Si no quiere venir, llámalo, atraelo como sea, pero que venga. Recompensa el buen comportamiento: cuando acuda a tu llamada, dale una chuchería, o unas caricias. Lo importante es que sepa lo que le reporta beneficios (recompensas), y lo que le reporta ignorancia (cualquier mal hábito).
Amaestrar un perro no es una tarea complicada. Necesitas paciencia, diez minutos al día para dedicarlos al adiestramiento de tu mascota, y darle el ejercicio suficiente para que no esté sobreexcitado y pueda prestarte atención. Suple estas necesidades, dale todo tu cariño, y tendrás al perro más dócil y bien educado.
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Marcos Mendoza