Este perrito, también llamado Sidney Terrier por su lugar de origen, es asombrosamente parecido al Yorkshire. Este parecido no es casual; es una de las razas que originaron al Australian Silky, así que, aunque es de un tamaño mayor su aspecto y su personalidad son muy parecidas: al igual que el yorkie, el Sidney es un perro lleno de energía que está siempre en movimiento, ladrando, corriendo, brincando y dando vueltas por doquier. Además tampoco es muy dócil, que digamos…Así pues, ¿cómo hay que educar a un Australian Silky Terrier?
Estamos ante un animal que empezó para ser un cazador de roedores, pero sobre todo un cariñoso y adorable animal de compañía. Con su pequeño tamaño y sus maneras excitables se convierte en el perro al que todo el mundo quiere mimar, pero no podemos dejarnos llevar: no hay nada peor para educar a un Australian Silky Terrier que darle todos los caprichos que nos pida. Tiene que ganárselo…y ser irresistiblemente adorable no es suficiente. Aunque resulte difícil negarle nada a esa carita encantadora y a esas cabriolas que hace, hay que pensar que es por su bien.
Un australian silky es de naturaleza inquieta, muy excitable y con una gran cantidad de energía. Debemos tener en cuenta eso a la hora de educarle: significa que a causa de una personalidad caprichosa y en ocasiones incluso dominante, nos vemos en la necesidad de ser muy estrictos con él, más de lo que seríamos con un perro más dócil.
El sidney terrier no consentirá que se le golpee ni se le grite, sólo aceptará un dueño firme, muy seguro de sí mismo y que jamás dé su brazo a torcer. Verás, si decides que tu perrito no sube al sofá, no se lo debes permitir jamás. Si encuentra una fisura, una pequeña debilidad, la aprovechará y se convertirá en el amo de la casa, y debes recordar en todo momento que tú eres quien manda. De lo contrario será un desastre de perro.
En resumen, ¿qué debes hacer? Educar a un Australian Silky Terrier no es tan diferente de educar a un collie, a un pastor alemán o a un bulldog (y desde luego, no es diferente de un yorkie). Sólo debes asegurarte de ser muy firme y seguro, y sobre todo: consecuente. Cuando es así, es así todos los días, a todas horas. No dejes que su aspecto adorable te haga decir «bueno, sólo por esta vez sube al sofá». Mímalo, pero no en exceso, y desde luego no cuando te lo pida: sólo cuando lo merezca. Así es como conseguirás un Australian Silky equilibrado y perfectamente educado.
Si quieres saber más sobre el adiestramiento de la raza Australian Silky Terrier, entra aquí:
http://perro-obediente.com/razas-de-perros/secretos-australian-silky.html
Saludos,
Marcos Mendoza