¿Has visto a tu perro alguna vez que parece triste? Está decaído y poco activo, no parece tener ganas de hacer nada. A veces incluso parece perder el apetito.
¡Qué horror!, piensas. Tratas de animarlo. Lo mimas, le das comida deliciosa, le das golosinas, le compras más juguetes. Cualquier cosa con tal de que no esté triste.
Si te encuentras con un caso como este, mi recomendación no es lanzarte a mimarlo en todas las formas que se te ocurran. Mi consejo: busca la raíz del problema.
A veces los perros están tristes tras una pérdida. Eso es algo natural. El ser humano no tiene la exclusiva en un duelo. Pero hay otras razones por las que puede estar alicaído, y rara vez tiene que ver con que no le guste su comida o no tenga suficientes juguetes.
En ocasiones, de hecho en más de las que me gustaría, la razón por la que un perro está apático y deprimido tiene más que ver con la falta de ciertas cosas que nosotros ignoramos. Por ejemplo, sus necesidades básicas menos comentadas: la educación (disciplina) y el ejercicio.
Y es que un perro que no puede gastar su energía, tiende a volverse hiperactivo y destructivo, y cuando eso no le funciona, se deprime. Eso es un hecho. También es un hecho que se entristecen porque no se sienten satisfechos, ni con su modo de vida ni con su nivel de energía.
Es triste, ¿verdad? Y preferiríamos arreglarlo en la medida de lo posible. No es difícil. El ejercicio se logra mediante juegos y paseos, y te encanta pasear y jugar con tu perro, ¿verdad? En cuanto a la educación, las normas y la seguridad de una vida estructurada… bien, eso es un poco más largo que este e-mail.
¡Tranquilo! Entra aquí, elige la raza de tu perro y averigua lo que necesitas al respecto:
¡Nos vemos pronto!
Marcos Mendoza