La eterna pregunta, el eterno estigma. ¿Hay razas especialmente agresivas? Todos hemos oído noticias, anécdotas o historias sobre pitbull que han atacado a niños, doberman que han hecho trizas a sus dueños, ¡incluso pastores alemanes que han mordido la mano que les daba de comer! Qué vergüenza, y qué miedo tener un perro así alrededor, ¿verdad?
Pero no se hace tanto eco de un chihuahua que mordió el tobillo de su humano… aunque ese “pequeño” mordisco lo hiciera tropezar y acabara en el hospital con huesos rotos. Tampoco parece “tanto” cuando quien ladra, enseña los dientes ya taca es un Pomerania o un shih tzu.
La agresividad, amigo mío, no está en la raza. No existe un gen en el que ponga “soy agresivo, cuidado”. ¿Entonces por qué se habla de razas agresivas?
Las “razas agresivas” son mayormente razas hechas para la pelea de perros, y en menor medida para la guarda de casas y fincas. ¿Qué significa eso? En el primer caso, que fueron perros seleccionados y criados intentando aumentar un rasgo de la personalidad que hiciera atacar antes y más fuerte; en el segundo, se seleccionaba el rasgo de protección y la ausencia de miedo.
¿Quiere eso decir que un pitbull es peligroso, porque sus antepasados se criaban intensificando una personalidad de ataque? No. Quiere decir simplemente lo que es: que ANTAÑO estos perros se criaban para pelearse entre ellos, un deporte repugnante y terrible. Pero para que un perro pelee de esta manera, tiene que ser adiestrado. ¿Y quién adiestra a un perro para pelear, o no hacerlo?
Exacto. Lo hace el dueño.
Es siempre tu decisión, tu trabajo, el que guía a un perro por una senda u otra. Puede que no te des cuenta, puede que no lo hagas intencionadamente, pero cuando un perro gruñe sin razón, se muestra agresivo, se orina en casa o ladra a deshora, suele ser porque no has sabido atajar el problema de la manera correcta.
Esto es extensible a todos los perros, no solo lo de “raza agresiva”. El adiestramiento, así como la comida, la compañía y el amor, son vitales para las buenas maneras de cualquier perro.
Y tú, ¿qué perro tienes?
¡Nos vemos pronto, amigo!
Marcos Mendoza