El pastor alemán es seguramente uno de los perros más versátiles que hay, y también más famosas. ¡No hay para menos! Se trata de animales con una gran voluntad, resistencia y docilidad, perfectos para cualquier puesto: ya sea como un miembro más de la familia, o para llevar a cabo tareas de salvamento, rastreo u policía. Pero claro, para que sea la mascota u el ayudante perfecto, primero hay que saber cómo educar a un pastor alemán, ¿no?
Sobre la historia de este maravilloso perro, sabemos que no es una raza antigua; de hecho se origina en el siglo XIX, cuando se creó para el trabajo de guarda de rebaños contra los lobos. Se esperaba de este perro que fuera dócil, fuerte, resuelto y valiente. En realidad estas características le han permitido trabajar no sólo como pastor (de ahí su nombre) sino también en el mismo ejército. Su disposición a la obediencia no tiene igual, y eso es lo que hace que educar a un pastor alemán sea tan sencillo.
Ciertamente, he dicho sencillo. El pastor alemán es un perro amigable, resistente al esfuerzo físico, siempre enérgico y dispuesto al trabajo, pero lo que más nos interesa ahora mismo es cuán dispuesto está siempre a complacer a su dueño. Su educación es coser y cantar si sabemos alentar esa sumisión, algo realmente muy fácil. ¿Sabes cómo?
Bueno, el pastor alemán tiene facilidad para ser obediente, ¡pero hay que ponérselo fácil! La mejor manera de educarlo es ayudándole a entender las normas de la casa, y lo que es más importante: asegurándose de que siempre, SIEMPRE se cumplan esas normas. En serio, mucha gente piensa “oh, bueno, por hoy te dejo subir al sofá”, ¡y eso es un error! Si no quieres que suba al sofá, ¡no permitas que lo haga nunca! Dile que no, y prémialo por NO subirse. Y esa es la clave, premiarlo cuando se porte como tú quieres. Es un pastor alemán, ¡está ansioso por tus recompensas y halagos! Así que siempre repetirá los comportamientos que te gustan.
Ya ves, educar a un pastor alemán es tan fácil…Sólo debes hacer cumplir tus normas, siempre, de manera consistente, y recompensar el buen comportamiento de tu perro. ¡Hazlo siempre! Cuando tu pastor alemán haga algo bien dale un premio, dile unas palabras tiernas o algunas caricias, cualquier cosa es suficiente para que sepa que está bien hecho y que quieres que lo repita. Créeme, lo hará, porque su mayor aspiración es hacerte feliz.
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Marcos Mendoza