Puede que te resulte sorprendente, pero la mirada es vital para el adiestramiento canino, y a la vez una de las cuestiones más sutiles a la hora de educar a los perros.
Sostener la mirada a un perro a veces implica decir “soy tu líder, lo sabes, así que sométete”, pero en otras ocasiones la misma mirada puede estar diciendo “soy inseguro y te miro para ver lo que esperas de mí”.
Depende de la ocasión, de la situación y las circunstancias, una mirada puede transmitir un mensaje u otro, totalmente contrarios. Es probablemente uno de los motivos por los que a veces podemos tener dificultades a la hora de educar a un perro: no le transmitimos el mensaje adecuado.
Es importante que entiendas que cuando no le estás ordenando nada a tu perro, es decir, cuando no esperas de él que obedezca una orden, mirarlo fijamente implica dominancia. Eres el líder, el jefe, el que manda, y tu perro lo tiene que saber. La importancia de esta mirada es que él no te la sostenga, sino que baje sumisamente la cabeza. Si te mira de vuelta más de unos segundos es que se cree el jefe y te está retando, no se lo permitas: no seas el primero en apartar la mirada.
Por el contrario, fíjate: llamas a tu perro, y viene, pero de pronto da la vuelta y se va. Pregúntate si lo estabas mirando. ¿Lo hacías? Es probablemente el error. Si le dices que haga algo pero estás vigilando que lo haga significa que tienes miedo de que no te obedezca. Si tienes miedo es que eres inseguro, y si eres inseguro es que no eres digno de ser un líder. Si no eres su líder, ¿por qué va a obedecerte?
Así que ya ves, las circunstancias son cruciales a la hora de sostener la mirada de tu perro. Si quieres que te obedezca no puedes mirarlo, no puedes vigilar que haga lo que le has dicho, porque no tienes que esperar que obedezca, sino que tienes que saberlo. Es lo que hace un líder.
En cambio, el resto del tiempo una mirada fija sigue demostrando tu dominancia, tu liderazgo, y él debe desviarla para demostrar que se somete a ti y está dispuesto a obedecer y seguirte en lo que sea.
Ahora que ya lo sabes, ¿ha habido algún momento en que tu perro te haya desobedecido…y lo has estado mirando mientras lo hacía?
Marcos Mendoza