Cuando hablamos del pastor alemán, estamos hablando de un perro de tamaño grande, muy inteligente y seguro de sí mismo. A veces puede ser un poco independiente, sabe defenderse, es valiente y un fantástico guardián.
El Pastor Alemán es equilibrado, es verdad, pero si se le priva de sus necesidades básicas puede volverse inestable, destructor, ladrador e incluso agresivo. Para evitarlo, hay que proveerle de abundante ejercicio, estimulación mental, disciplina,…
Darle “trabajo” siempre es una buena manera de mantenerlo equilibrado. Traer la pelota ya es una manera de hacerle “trabajar”, pues tiene un objetivo. También sirve pedirle que encuentre las llaves (siempre que le hayas enseñado a hacerlo), o durante el paseo, ponerle un arnés en el que lleve, por ejemplo, una botella de agua y un cuenco que vayas a usar en una parada.
Si tienes un pastor alemán, no obstante, ya debes saber que no todo es bueno. Por desgracia, la cría indiscriminada para vender ha tenido un impacto terrible en la salud de estos perros, haciéndolos propensos a enfermedades como displasia de cadera o torsión de estómago. Eso ha ido acortando la esperanza de vida del pastor alemán, que de media vive unos diez años, aunque con buenos cuidados y atención a su salud puede llegar a vivir 13 ¡o hasta 15!
Si quieres saberlo todo sobre educar, cuidar y mantener feliz y sano a tu Pastor Alemán, mi recomendación es que te pases por aquí y eches un vistazo a la guía “Secretos del Pastor Alemán”:
PD: ¡Ah! ¿Tu perro no es un pastor alemán? ¡Perdona! No te preocupes, puedo enseñarte todo cuanto necesitas sobre tu perro si buscas la razas *aquí*.
Ahora sí, ¡hasta pronto!
Marcos Mendoza