La socialización es un proceso que sucede durante la más tierna infancia de un perro, mientras todavía debería estar con su madre y sus hermanos. En este proceso, el perro es expuesto con cuidado a toda clase de estímulos, que incluyen personas y muchas clases de animales, además de objetos y sonidos.
Cuando no hay una correcta socialización, podemos encontrarnos con un perro nervioso, tímido, asustadizo,… o agresivo. Y aunque es triste tener un perro que se asusta por todo, es peor, créeme, si se trata de un animal agresivo.
¿Qué pasa por la cabeza de un perro para volverse agresivo? Puede ser que todo le resulte desconocido y lo asuste, e intente defenderse e peligros potenciales. O puede ser que en realidad no tenga nada que ver con eso: puede ser que simplemente se haya acostumbrado a ser el rey de la casa, y cuando algo no es como él quiere… ¡corred todos!
Y te lo digo ya, esto no puedes consentirlo. Créeme si te digo que un perro con tendencias agresivas es algo muy peligroso. Es como tener una bomba en casa. En cualquier momento puede volverse contra ti.
No creas que “gruñir un poco” o “marcar cuando algo no le gusta” son poca cosa. Son el preludio. Si lo dejas hacer, la cosa se hará más grande y alguien saldrá herido. Controla este problema. Controla la agresividad ya.
No te demores con excusas, te lo digo en serio. La agresividad no es un juego.
Marcos Mendoza