Cuando una persona ve a un perro pequeño, no lo relaciona con malos comportamientos. Es como un juguetito, una cosita adorable que uno puede llevar en una bolsa, con la cabecita saliendo para ver todo el ancho mundo.
Porque un perro pequeño no se porta mal, solo tiene “sus momentos”. A veces ladra. A veces se orina en el salón… puede que más que a veces. Puede que muerda los tobillos, pero si es tan pequeño, ¿qué daño va a hacer? Hasta que tropiezas con él, claro. Hasta que caes al suelo y te rompes algo, hasta que sus ladridos por la noche no te dejan dormir, hasta que resbalas de mañana con su pis.
Un perro pequeño como el Pomerania se puede portar mal igual que un perro grande, y eso es algo que tenemos que aceptar. Ahora bien, ¿qué lleva a estos perros a portarse mal?
Verás, entre otras muchas cosas, el Pomerania es un perro muy inteligente. Eso es algo muy bueno, pero tienes que tenerlo claro: si no está intelectualmente estimulado, puede convertirse en un pequeño y adorable demonio (y esto se extiende a CUALQUIER perro). Además, a pesar de su tamaño es muy ágil y le gusta mucho caminar, así que cuando piensas “no necesita tanto ejercicio, es muy pequeño” estás cometiendo un error garrafal.
Al negarle a un Pomerania estímulos físicos y mentales, como son ejercicios, juegos y adiestramiento, no solo le estás haciendo daño, sino que lo conviertes en todo lo que quieres evitar: un perro neurótico, malhumorado, hiperactivo y molesto.
*Evita todos estos problemas YA*
Si tu perro desarrolla un mal comportamiento, es algo normal. Si sigue teniéndolo siempre, entonces tienes que aceptarlo: tú sabes de quién es la culpa. Y no quieres eso, ¿verdad?