Educar perros pequeños no es, en su esencia, muy distinto a educar perros grandes. Se trata de suplir sus necesidades básicas, entre las que están la disciplina, el ejercicio, una buena alimentación y el correcto adiestramiento. No obstante, sí es cierto que en ocasiones los pequeños pueden dar más problemas que los grandes. ¿Por qué?
Bueno, los perros de raza pequeña, para empezar, suelen ser tratados de manera diferente. A los pequeños los vemos tan chiquitines que queremos mimarlos más, ¿no crees? Son animalitos que podemos coger cómodamente en brazos como si fueran bebés, ¿y cómo podemos tratarlos entonces como a perros? Bien, es lo que tienes hacer: no importa el tamaño que tenga, sigue siendo un perro. Y a veces resulta tan difícil educar perros pequeños precisamente por eso, porque no los tratamos como si fueran perros.
Las razas pequeñas siguen siendo perros, sólo que de distinto tamaño. Eso está claro, ¿no? Ahora tienes que comprender que el yorkshire, el pug o el Pomerania tiene las mismas necesidades que un pitbull, un rottweiler o un pastor blanco suizo. Las diferencias son básicamente dos: el modo que tenemos de tratar a los pequeñajos como si fueran bebés, y la desbordante e histérica energía que suelen tener los perros pequeños.
Más allá de la actitud que tengamos con el perro pequeño, esto último es importante: su energía. Ellos son muy enérgicos, así que para educarlos hay que tener en cuenta que necesitan mucho ejercicio. Si hacen ejercicio están más tranquilos, y si están más tranquilos son más fáciles de educar.
Como ves, educar perros pequeños es igual que educar a cualquier perro…¡Pero cuidado! Tienes que recordar que es un canino, no un niño adorable al que darle todos los caprichos. Tiene las mismas necesidades un chihuahua que un gran danés: disciplina, ejercicio y rutina.
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Marcos Mendoza