Si lees este artículo tal vez sea porque tienes un labrador y te gustaría educarlo. Quieres tener un perro modélico, que haga sus necesidades fuera de casa, que no ladre al menor ruido, que no muerda los muebles ni pida comida a la mesa, que haga trucos divertidos y siempre tenga ganas de hacerte feliz. Supongo que lo que te trae aquí es esta pregunta: ¿cómo adiestrar a un labrador cachorro?
Es una pregunta que me han hecho muchas veces. Recuerdo particularmente un caso de una jovencita de no más de dieciséis años que me escribió un e-mail diciéndome que le habían regalado un labrador para su último cumpleaños. Ella adoraba a ese perro, y había logrado enseñarle a acudir a su nombre y a sentarse cuando se lo decía, pero todo lo demás era un caos. Aunque era el animal más dulce y adorable del mundo, también tenía la fea costumbre de destrozar todos los zapatos de la chica, arrancaba las cortinas que alcanzaba y se escapaba a la mínima oportunidad. Como es natural, esta jovencita estaba muy preocupada, porque sus padres estaban pensando en dar al perro que traía tantos problemas a la casa, así que recurrió a mí en busca de consejo: ¿cómo adiestrar a su labrador cachorro?
Le dije lo mismo que digo a todos los dueños de estos perros. El labrador es un perro muy dócil y con muchas ganas de obedecer, de hacer feliz a su dueño. De hecho estamos ante una raza a la que le encanta trabajar (por eso son los favoritos como guías o asistentes), así que se le pueden dar largos paseos poniéndole una mochila con agua y comida para pasar una agradable tarde en el campo, por ejemplo. Pero aunque es un perro cariñoso, fiel y tranquilo, también tiene una gran cantidad de energía, y esto es lo que a veces los propietarios olvidan: que todo perro necesita ejercicio.
Le dije que si había conseguido enseñarle dos trucos significaba que ya estaba en el buen camino. Ahora sólo debía seguir adelante y guiarse por unas pautas muy sencillas, que se basan en:
1. Una alimentación equilibrada, de acuerdo al peso y tamaño del perro, con un horario regular.
2. Mucho ejercicio, con largos paseos y juegos variados en casa.
3. Disciplina, es decir, poner unas normas que deben ser aprendidas y obedecidas.
Le expliqué a la jovencita que los labradores responden muy bien al adiestramiento positivo, es decir, la recompensa de las buenas acciones y la ignorancia o redirección de las malas. Le enseñé algunas directrices y le pedí que me informara de sus avances.
Unas pocas semanas más tarde la misma jovencita me escribió diciendo que su perro había cambiado por completo: rápidamente aprendió a hacer sus necesidades en la calle, dejó de morder sus zapatos, ensañarse con las cortinas y lo que es más importante: durante los paseos, en lugar de tirar de la correa hasta escapar, aprendió a caminar junto a ella. Esto es lo que se consigue con un adiestramiento adecuado. ¿Cómo adiestrar a un labrador cachorro? Es una fácil tarea, sólo hay que querer intentarlo.
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Marcos Mendoza