Como ya sabemos, una de las mejores recompensas para los perros es la comida. Es un instinto básico: necesita comer, y casi siempre es un “cuanto más mejor”.
Sabes que cuando le estés enseñando algo a tu perro, lo mejor que puedes hacer es recompensarlo con una golosina canina, ¿verdad? Siempre estará dispuesto a aprender si sabe
Pues aquí viene un tip al respecto: un buen momento para hacer un pequeño ejercicio de control, autodominio y paciencia, es justo antes de la gran comida del día.
Funciona de la siguiente manera:
Le das de comer a tu perro todos los días a una hora concreta; sabes que debe ser una sola comida diaria, ¿verdad? Pues bien, justo antes de esa comida le llenas el cuenco, como siempre, y lo llamas. Él sabe para qué, porque ya es la hora.
Vas a convertir el cuenco de comida en una gran recompensa. Para hacerlo, dale una orden; una de las más difíciles de mantener es la de “espera” o “quieto”, pero también es de las más útiles. Puedes utilizar algo más sencillo, como “sienta”, o gracioso, como “pide”. La elección es tuya.
Se trata de que el perro obedezca tu orden. Cuando lo haya hecho recibe su gran premio: la comida. Le encantará, y habrás reforzado la instrucción con una recompensa muy querida y grande.
Ya ves, las cosas más cotidianas pueden convertirse en una nueva y divertida manera de enseñarle algo a tu perro. Puedes aplicarlo a cualquier cosa: a morder sus juguetes, a descansar en el sofá,…
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¡Nos vemos pronto!