Los perros tienen necesidades básicas, igual que las personas, pero un poco distintas. Un perro no solo necesita alimento, cama y un techo; parte de su naturaleza estriba en la necesidad de ejercicio y disciplina.
A veces no es tan fácil saber cuándo lo estás haciendo mal ni por qué. Crees hacerlo todo bien, y entonces te paras a pensar… y hay ciertos comportamientos, ¿no? Algunos hábitos que no consigues arreglar, pero tienen que desaparecer.
Te voy a poner algunos ejemplos de estos comportamientos propios de un perro que tiene una carencia, está mal educado o sus necesidades no están correctamente suplidas:
—Ladrido excesivo. A veces tiene raíz en la personalidad del perro, pero en ocasiones es falta de ejercicio.
—Agresividad. Ya sea hacia el dueño, hacia otros perros o visitantes en la casa, esto casi siempre tiene la raíz en la ausencia de disciplina.
—Un perro que se muerde y se rasca continuamente. Casi siempre la primera razón por la que un animal hace esto, es porque está muy nervioso, y eso tiende a significar, de nuevo, falta de ejercicio.
—No obedece. Cuando un perro no obedece, es fácil decir por qué: no hay disciplina en su vida y por tanto no cree que tenga que hacerte caso.
—Muerde los muebles. Falta de ejercicio.
—Se orina dentro de casa. Falta de disciplina.
Y aves la mecánica, me parece. Casi todos los problemas de comportamiento de un perro pueden relacionarse con una de estas dos razones, y a menudo con ambas.
Pero apuesto a que de todos estos ejemplos, el que más te preocupa es uno concreto. Puedes lidiar con un perro que se hace pis en el salón, o que ladra como un loco cuando oye un ruido en la calle. Pero ¿puedes lidiar con un perro que gruñe y muerde?
No puedes, ni tampoco debes. Te ofrezco algo: una guía para comenzar a arreglar ahora mismo la agresividad de tu perro. El resto puede esperar.
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Nos vemos pronto, amigo.
Marcos Mendoza