Ese es un problema común. Sí, sí, el perro no parece entender que tiene que hacer sus cosas fuera, en la calle. Es el lugar apropiado.
Mmmm… ¿estás seguro?
Dime, ¿cuándo sale tu perro de casa? ¿Dos, tres veces al día, cuando lo llevas a pasear? Ahora dime, ¿qué tal si tú no tuvieras derecho ni lugar para hacer tus cosas cuando te apeteciera, y solo pudieras ir dos o tres veces al día? Eso no sienta bien, ¿verdad?
¡Espera, espera! Tú que tienes un buen jardín dices: ¡pero puede hacerlo en mi jardín!
Ah, pero… ¿y si llueve? ¿Y si hace frío? ¿Y si hace un calor aplastante? ¿Tiene que salir fuera también a hacer sus cosas? ¿Tú lo harías?
Nos han educado para que lo “bueno” y lo “correcto” sea que un perro haga sus cosas en la calle. Pues bien, lo “justo” es que lo haga dentro, y él lo sabe.
Ahora bien, yo lo entiendo: a nadie le gusta encontrarse pis y caca en cualquier parte de la casa, en el salón, incluso en el sofá. Y ahora es cuando llega: puedes enseñarle DÓNDE hacerlo dentro de la casa.
Los gatos tienen cajas de arena. ¿Por qué no iban a tener los perros? Las hay, cada vez más sofisticadas, y no tan grandes como te pensarías. Las hay que tienen césped artificial para que resulten más atractivas para ellos, y las hay que son solo unos empapadores sobre una caja. La variedad es infinita.
Pero claro… ¿cómo le enseñas que es ahí, y no en tus zapatillas, donde debe hacer sus cosas? Bien, para eso estás leyendo este mensaje.
¡Nos vemos pronto!
Marcos Mendoza