Te sorprenderías de la cantidad de personas que dicen que no pasa nada si su perro, una criaturita adorable y vivaz de cinco kilos, salta sobre la gente para saludar.
¿Qué mal puede hacer? Es tan chiquitín, ¿verdad? No va a tirar a nadie… salvo si la persona a la que saluda es un niño de tres años que todavía no tiene mucho equilibrio. Pero esa es una excepción. O si es un anciano algo frágil, eso también es una excepción.
No es tan grave si araña las rodillas de la gente en verano, cuando las faldas y los pantalones cortos están a la orden del día. Son solo arañazos. O que manche los pantalones en invierno. ¡Qué más da!
Desde luego, no es importante en absoluto si, simplemente, a la otra persona no le gustan los perros. Si es así, el problema es suyo, este perrito es adorable y ya está.
¿Comprendes lo egoísta de estas ideas? Que un perro pese cinco kilos, o cuatro, o dos, no significa que el “adorable saltito” sea menos problemático. Puede caerse un niño, un anciano, puede arañar o puede manchar, o simplemente puede molestar a alguien que, sin comerlo ni beberlo, se encuentra con un perro saltándole a los pies.
Muchas personas cogen estas excusas porque no saben cómo evitar el problema, así que prefieren hacer ver que no existe. Bien, la época de las excusas ya ha pasado. Hoy en día hay información de sobras para controlar casi cualquier mal comportamiento en un perro.
Te lo digo en serio, si tu perro, pequeño o grande, salta sobre la gente, tienes que pararlo. Y no es tan difícil como te piensas. Por ejemplo…
Es muy simple, y en poco tiempo obtendrás resultados. Garantizado.