Este es un perro activo y alegre, amistoso con el ser humano aunque un poco pillo con los gatos. Adiestrar a un Cavalier King Charles no es difícil gracias a su temperamento noble y dispuesto, dócil y amigable como pocos perros. No es apto para ser un perro guardián, es demasiado amistoso, pero como compañero es único y exquisito.
El origen de esta raza se encuentra, probablemente, en el siglo XVI, cuando nos encontramos ya pinturas de algunos ejemplares. Eran muy populares en Inglaterra como mascotas, y solían llamarse “consoladores”, puesto que las señoras de alta cuna los ponían en sus regazos durante los viajes en invierno y así se mantenían calientes. Así pues no es un perro cazador, ni tampoco pastor: es simple y llanamente un perro hecho para hacer compañía a la nobleza, y a menudo incluso a la realeza, como sucedió con Carlos II, que era visto muy pocas veces sin sus fieles perros. Esto nos dice que para Adiestrar a un Cavalier King Charles hay que tener en cuenta que, lejos de tener instintos para el trabajo, los tiene para la compañía continua de su dueño. ¿Qué significa eso? Que siempre va a estar pegado a nuestros talones, ni más ni menos.
El Cavalier es un perro de tamaño pequeño, como es natural en los perros falderos de la antigua nobleza. Su carácter, como hemos dicho, es activo y alegre, puesto que su función era entretener a sus propietarios con gracias y cabriolas y juegos. Es muy importante no dejar nunca de lado a estos perros, puesto que se deprimen con facilidad, y la mejor manera de pasar tiempo con ellos a la vez que le enseñamos a comportarse bien es educándolo, puesto que lo verá como un juego más.
¿Y cómo se educa al Cavalier King Charles? No es muy diferente a cualquier otra raza, un Collie, un Bulldog o un Chihuahua. Hay que ser un líder de manada, un jefe, un alfa: debes mostrarte seguro de ti mismo, firme en tus acciones, consecuente en tus actos y, sobre todo, no ceder nunca en las demandas de este gracioso perrito de ojos saltones. Es vital que él haga lo que tú quieres y no a la inversa, de lo contrario podría creer que es el jefe y entonces tendrías un pequeño torbellino dominante.
Adiestrar al Cavalier King Charles no es difícil, querido lector, pero tampoco podemos dormirnos en los laureles. Lo más importante es ser firmes y seguros. Si dices “no” a algo debe ser siempre “no”, sin excepciones, pero desde luego debes recompensarlo cuando haga algo bien.
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Marcos Mendoza