Cuando imaginas a un Shih Tzu, ¿lo imaginas como perro guardián?
Posiblemente no.
Pero lo cierto es que es un perro con cualidades indispensables para un guardián: es leal y despierto, tiene un temperamento seguro y alerta.
Por supuesto, al hablar de perro guardián no hablamos de alguien que ataque a los desconocidos… no es para nada el caso, ya que el Shih Tzu es por naturaleza muy sociable. Pero sí sirve como alarma: correctamente adiestrado, puede advertir de los peligros y la llegada de extraños, e incluso amigos, antes incluso de que lleguen a la puerta.
Y esa es la clave, amigo… “correctamente adiestrado”.
Tenemos tendencia a ignorar la educación de los perros pequeños, porque son tan chiquitos e inofensivos que difícilmente van a necesitar aprender nada… pero el Shih Tzu, tan chiquito y adorable, puede tener comportamientos nefastos. Algunos ejemplos:
- Ladrido compulsivo
- Orinar en cualquier parte
- Ser posesivo con la comida
- Ser agresivo
Muchas personas lo ignoran cuando el SHih Tzu se porta mal y no intentan arreglarlo, pero sé que tú eres diferente: si tu Shih Tzu se porta mal, ¿qué haces?
La mejor táctica no es el castigo, sino redirigir malos comportamientos. Así, por ejemplo, si ladra compulsivamente lo mejor para callarlo es hacer que utilice la boca en algo mejor, como coger un juguete. Haciéndolo bien, puedes enseñarle la orden de silencio a la vez que le enseñas que callarse es mejor que estar ladrando sin parar.
¡Y esto es solo un ejemplo! Redirigir comportamientos indeseados es la manera más efectiva para que un Shih Tzu se porte bien. De esta manera lo distraes de aquello que lo hace portarse mal, a la vez que le enseñas algo que sí está bien hecho.
Marcos Mendoza
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