El Mastín Español es un perro muy antiguo, de hecho data de hace más de 2000 años: se dice que los fenicios y celtas lo llevaron a la Península Ibérica, cuando en aquella época todo el territorio eran densos bosques habitados por grandes depredadores.
El Mastín Español, así, tuvo un trabajo muy claro desde el principio: más que un perro pastor, es un perro guardián del ganado, que dedica su vida a la protección de las reses o de los humanos por igual.
Estamos por tanto ante un perro que históricamente ha sido muy valiente, muy seguro de sí mismo, y bastante receloso ante cualquier posible peligro. Eso lo hace un poco difícil de tratar si no se socializa correctamente.
Vamos a ver, los rasgos más comunes de un Mastín Español son…
- Seguro de sí mismo.
- Fuerte.
- Receloso con los desconocidos.
- Muy leal.
- Paciente con los más pequeños.
Con estos rasgos, algunos de los problemas más comunes que puedes tener con estos perros…
- Dominante. Con la ausencia de un líder al que respete (que no tema), el Mastín Español tiende a volverse dominante para cubrir esa falta, e intenta convertirse en el jefe. Esto puede acarrear problemas como agresividad o marcaje.
- Solución: adiestramiento firme, seguro y consistente.
- Su fuerza puede ser un problema cuando tira de la correa, saluda saltando sobre ti o juega muy duro. Puede hacer daño a la gente incluso cuando solo está intentando divertirse, o hacerte un mimo.
- Solución: ejercicio para ayudarlo a rebajar energía, pero también adiestramiento para enseñarle los límites, por ejemplo, saludando solo con levantar un pata.
- Su recelo natural puede convertirlo en un problema para las visitas, los desconocidos y los animales de la calle, llegando a ser agresivo.
- Solución: adiestramiento y socialización.
Estos son los problemas más comunes, de los que deriva la agresividad, el marcaje, los tirones de correa… ¡tú lo nombras, y viene de aquí!
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Saludos,
Marcos Mendoza