A día de hoy, año 2020, todavía existen inmensidad de prejuicios contra ciertas razas de perros, perpetradas no por el perro en sí, sino por las personas:
- Perros usados para pelea
- Perros usados por criminales
- Perros usados para asustar
La realidad es que el Alano Español es un perro de tipo moloso, es decir, muy robusto y fuerte, criado desde su origen para ser un animal de agarre. Es decir, su mayor cualidad tenía que ser el valor y la seguridad para enfrentarse a una presa muy grande y agarrarla para evitar que huyera.
Algunos dicen que el Alano no es apto para familias, puesto que su naturaleza “puede salir en cualquier momento”. ¿De qué naturaleza estamos hablando? ¿De ver un peligro e inmovilizarlo? Para que eso suceda hay que enseñarle a llevar a cabo las tareas de agarre, de modo que sin adiestramiento, solo nos queda el perro: un animal leal, fuerte y valiente, dispuesto a obedecer, a proteger y a servir.
¿Qué hace diferente al Alano? Bueno, ciertamente tiene características que lo distinguen que otros perros. Es más pequeño que la mayoría de molosos, por tanto, más ágil, y en muchos casos más enérgico; eso significa que necesita hacer más ejercicio. No se considera apto para la guardia, porque si bien se le puede enseñar a detectar a un ladrón, por ejemplo, no es un perro con instintos ladradores, lo que significa que en lugar de informarte de que hay un peligro, lo atacará para inmovilizarlo, y seguramente le hará algún daño en el proceso.
¿Es bueno con los niños? Claro. Pero siempre que se le haya socializado correctamente: un Alano es un perro muy poderoso y necesita saber cómo moverse alrededor de los más pequeños. Como en cualquier animal, debe entender la fragilidad de los niños antes de permitir que jueguen con ellos libremente.
Y por supuesto, ¡no olvides enseñar a los niños a comportarse cerca de los perros!
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Marcos Mendoza