Una pregunta con la que me encuentro muy a menudo es la siguiente: ¿Cómo entreno a mi perro? Es un temor recurrente en muchos propietarios, porque los perros son muy diferentes a los humanos, tienen unas costumbres propias, comportamiento, personalidad e ideas…Pero no comparten nuestro lenguaje, así que es difícil comunicarnos, ¿no te parece? Por eso debes asegurarte de entrenar a tu perro de manera que entienda lo que le quieres decir.
Para entrenar a tu perro debes comprender sus necesidades. ¿Cuáles son? En realidad son muy simples. En primer lugar el perro necesita una alimentación regular y equilibrada, adecuada para su peso y tamaño; también, obviamente, necesita tu amor y tu compañía, puesto que son animales familiares; y una necesidad que suele olvidarse…El ejercicio. El perro tiene mucha energía y resistencia, y para que sea un animal tranquilo y relajado debe gastarla. Y es que un canino nervioso es un canino destructivo. No obstante, ahora viene la necesidad que casi siempre queda a un lado: la disciplina. Ciertamente el perro necesita disciplina para su propia salud mental. Es básico: los perros precisan de una jerarquía, y tú debes ponerte en el papel del jefe, porque de lo contrario él intentará tomar ese papel y se convertirá en un animal dominante, agresivo, que hará lo que quiera sin importar lo que tú digas.
De hecho este es el principal motivo para el mal comportamiento de un perro: el no tener un líder claro, el que tú sólo lo mimes y no hayas puesto una rutina y una disciplina. Eso lo convierte en el jefe y permite que marque su territorio (tu casa), ladre ante cualquier cosa, exija atención, sea agresivo con los visitantes…Supongo que no quieres algo así en tu vida, de modo que lo mejor que puedes hacer es, en efecto, ser el líder, poner disciplina. No es complicado, sólo necesitas una serie de normas y una actitud segura, consecuente, y sobre todo firme.
A lo que me refiero es que debes poner tus normas, es tu casa al fin y al cabo, y tu perro debe obedecerás. No hay ningún “es que no me hace caso”. Si no quieres que suba al sofá, cada vez que lo intente se lo impides, y recompensas su comportamiento cuando se queda abajo. Si quieres que se siente a tu orden insistes hasta que se siente, y le das un premio por hacerlo. De esta manera moldeas su comportamiento, mostrándole lo que quieres de él, y lo que es más importante: lo que le reporta más beneficios.
En resumen, ¿qué tienes que hacer para entrenar a tu perro? Fácil, tienes que ser su líder en todo momento, proporcionándole la disciplina, rutina, ejercicio, amor y comida que necesita para ser un animal equilibrado y feliz.
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Marcos Mendoza